Por
Claudio Kussman
UN DÍA EN PRISIÓN, CIEN DÍAS EN PRISIÓN
MI NUEVO “HOGAR”
Conocía esta prisión, por haber concurrido como visitante. Hoy la estoy conociendo profundamente como ocupante. Primero diré que hace mas de cien días, estoy asignado al pabellón 19 del Penal Federal 31 con asiento en Ezeiza. El mismo se trata de una cuadra de unos 23 metros de largo con extremos irregulares de unos 16 metros en uno por unos 8 o 10 en el otro. Convivimos 18 ex miembros de diferentes fuerzas y en forma abierta están mezcladas las 18 camas, 3 mesas para 8 personas cada una, mesada de cocina, heladeras, TV y lamentablemente también 3 inodoros con divisores y ¾ de puerta cada uno y 4 duchas. Durante el día nos abren las puertas a un patio de altos muros de unos 12 por 10 metros de superficie, en donde hay una gran pileta para lavar ropa y espacio para colgarla y así secarla. Junto a las camas cada uno de nosotros tiene 2 pequeños muebles de aproximadamente 1.20 metros de alto por 0.50 (PONER MEDIDAS EN PIES)con 3 estantes cada uno. Por faltantes de dichos muebles, en los primeros 45 días debí utilizar una gran caja de cartón para guardar mis efectos personales. Eso ya fue superado. Lo negativo son los colchones, que son de gomaespuma de baja densidad. Se aplastan y uno duerme así, pegado a las tablas de la cama por lo que se padece un permanente dolor de riñones y cintura. El espacio que tenemos asignado cada uno es de 2 metros por 2 metros. (6.40 pies por 6.40 pies) En uno de los extremos hay una oficina octogonal y vidriada de control a unos 2.50 metros (8.40 pies) de altura desde donde los celadores nos observan. En la jerga carcelaria se la conoce como “pecera”. Junto a ella está la puerta de entrada que da a un pasillo por el que se accede a otros pabellones cada uno de los cuales posee 11 celdas individuales. Si bien pude ocupar una de ellas, que le dan a uno intimidad, terminé desechándola. Casi todo el día se debe utilizar luz artificial y el ocupante se va aislando, termina comiendo, durmiendo y casi permanentemente se queda encerrado y acostado. Cruzando este pasillo tenemos un salón igual a nuestro pabellón, utilizado para recibir las visitas, dar 2 misas semanales, 2 veces el rezo del rosario y todos los días asisten los grupos de oración. También se utiliza para hacer gimnasia. Siendo entendido en construcción de inmuebles puedo decir que nuestra cuadra presenta como defecto constructivo la falta de aislamiento térmico en la cubierta (techo). Este verano, a los pocos días de mi llegada, se solucionó instalando un equipo de aire acondicionado. De no ser por este, seguramente se habrían producido graves problemas de deshidratación generalizada entre nosotros.
AMANECIENDO
Siempre me gustó el amanecer por ello el día lo inicio a las 6.30 mientras todos duermen. Lo aprecio a medias ya que nuestra aberturas enrejadas en lugar de vidrio tienen acrílico opacado por el tiempo y las ralladuras. Aprovecho para ducharme y desayunar solo, en medio del gran silencio de esas horas. Más tarde todo es ruido y voces. Ingiero vitaminas y minerales y luego paso a una cuadra similar a la descripta que está frente a nosotros y camino, haciendo “la calesita”, o sea giro siguiendo lo mas cerca posible a las paredes. En total son 55 pasos por cada vuelta. Lo repito varias veces al día para llegar a las 100 vueltas o sea 5500 pasos diarios, los 7 días de la semana. Mientras, escucho música en el I.Pod (ver como se escribe y si es el o la) y con ella me alejo imaginativamente del lugar en el que me encuentro. Debo tratar de estar en la mejor forma posible, física y mentalmente, para poder contar la verdad, frente al relato. También para sobrevivir a cualquier traslado ya que como ya lo dijera, sea por lo que sea duran incontables horas.
PROHIBIDO ENFERMARSE
Pero por sobre todo, para retardar al máximo cualquier enfermedad. Enfermarse es uno de nuestros puntos débiles y todos sabemos que ser enviado al Hospital Carcelario de Ezeiza (30 camas) distante unos 1000 metros de donde estamos, es solo una parte más de la farsa. De allí cuando se entra en alguna emergencia o se está grave, somos derivados al Hospital Municipal de Ezeiza, para ser atendidos y por lo general cuando llega la autorización del juez casi es demasiado tarde. También de esta forma uno en “los papeles” no muere en prisión. Hipocresía, encubrimiento y ocultamiento, nada más. El hospital Penitenciario de Ezeiza, es solo un escenario, un set de TV, donde hay un médico de turno y algún especialista ciertos días de semana. Eso sí hay bastante equipamiento, casi sin uso. Lo mejor, son unas muy esforzadas enfermeras. Para los estudios, previo pedido de turno se hacen fuera del mismo. Yo propongo que los señores jueces y sus familias se atiendan allí, ya que lo consideran un lugar de salud muy apropiado. Si, reconozco que el Servicio Penitenciario Federal hace lo que puede.
ENFERMERA MARÍA
No puedo dejar de contar algo que vi el día 16 de diciembre ppdo. cuando concurrí a prestar declaración, mediante videoconferencia al citado “Hospital”. En horas de la tarde estaban sentados en el hall del lugar unos 6 o 7 ancianos presos, algunos apoyados en sus bastones o en su silla de ruedas. Evidenciaban haber entrado en un estado de desinterés, silencio y abstracción depresiva, tan común cuando el abandono y la edad es muy avanzada. De golpe entró la enfermera María a los gritos y profiriendo palabrotas. Hay que destacar que es muy boca sucia. Llevaba puestos unos muy grandes anteojos de cotillón, con ojos saltones, nariz de payaso con una luz titilante y grandes bigotes. Tomó a uno de los ancianos y lo sacó a bailar, mientras todos reían y volvían a la vida. Realmente me impresionó. Esos actos no tienen reconocimiento, no se pagan, ni se publicita. Van más allá de una tarea y habla de la verdadera vocación y la piedad humana. Un ejemplo.
PSICOFÁRMACOS PARA EL 50 % DE LOS PRISIONEROS
Algo que no se dice e inclusive se evita como tema de conversación, es que el 48 y casi el 50 % de los prisioneros, debe tomar psicofármacos. Los mismos regularmente son distribuidos individualmente, 2 veces por día. Podrá faltarnos medicación común, esta no. Esta necesidad comienza a producirse a los pocos días de la detención. En lo personal nunca tomé este tipo de medicina y lucharé para no necesitarla nunca. Volviendo a mi rutina, tras caminar, lavo ropa y ordeno mi espacio para dormir. Luego escribo en alguna de las 7 computadoras bobas (sin conexión a Internet) disponibles. A las 11.30 horas, almuerzo, haciéndolo antes que el resto, para lo cual guardo la cena del día anterior. El almuerzo general llega aproximadamente a las 13.30 hs, y se puede decir que la comida es sana (sin sal ni azúcar). En la prisión hay una cantina donde previo depósito de dinero de nuestros familiares se pueden hacer compras de diferentes productos, por lo general de segundas marcas. Algunos saben cocinar y mejoran las cena en su gusto y variedad. Desde ya ello los incita a comer de más.
LA CAMA MATA
Duermo una hora la siesta y vuelvo a caminar y escribir. Es común que durante el día los presos en forma fraccionada, pasen varias horas acostados. Esto lo evito, no quiero llegar a ver lo que me está pasando, desde la cama. Quiero estar de pié. Tres veces al día hablo con mi esposa por TE y también puedo recibir llamados de amigos y conocidos desde el exterior. A la tarde tomo el té (no me gusta ni nunca me gustó el mate) en “mi dormitorio” de 2 por 2, alterno la computadora y la lectura y sobre las 22.30 me acuesto para dormir. Mientras el resto cena y ve TV. Yo no miro ya que a veces es motivo de conflicto la tenencia del control y los programas a ver. Se repite en grande por ser muchos y todos hombres, lo que ocurre a veces en una familia, por la tenencia de ese adminículo.
GRACIAS HOLLYWOOD
Días pasados me trajeron un reproductor portátil de películas por lo que antes de dormirme Hollywood me ayuda a evadirme, de la prisión, una vez más. A grandes rasgos esta es mi rutina diaria, día tras día, desde mi ingreso hace más de 100 días. No existen ni los sábados ni los domingos, tampoco la mitad de semana o el mejor día de la misma (viernes). Realmente es un mundo paralelo a la vida y hay que evitar que ese mundo paralelo lo devore a uno o por lo menos hacer que esto se demore al máximo. Me doy cuenta que lentamente voy sintiendo que mi vida existió y existe solo dentro de estas pocas paredes y que pierdo interés por el afuera. Que ese afuera solo fue un muy lejano sueño.