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Preguntas a la Doctora Andrea Palomas Alarcón

Agosto 8, 2015

"La secretaría de Derechos Humanos no es más que una agencia de propaganda gubernamental"

Fabian Kussman: Prisionero En Argentina envió más de quinientas cartas a senadores, diputados, personalidades del ámbito político -incluidos Mauricio Macri y Daniel Scioli- y miembros de la Iglesia Católica. Solo se recibió una respuesta equivocada de un representante del diputado Alberto Asseff. La misma, muy loable por cierto, hablaba de un proyecto para optimar la situación carcelaria imperante en el país. Es decir, ninguna respuesta cercana al vecindario de Presos Políticos o Prisioneros Ilegales en nuestro país. Cuál es tu experiencia de diálogo con el Poder Político y representantes de la Iglesia?

 

Andrea Palomas Alarcón: Desde que comencé a transitar este camino de la lucha por la memoria completa y la libertad de los Presos Políticos, he (hemos) tenido reacciones distintas, diversas y que podrían encuadrarse en etapas.

Hubo una primera etapa muy difícil en la que las organizaciones autodenominadas “Defensoras de los Derechos Humanos” habían copado y cooptado todos los estamentos sociales, particularmente el periodismo, la política y la Iglesia. En esa etapa la recepción fue negativa, temerosa, ambigua. Con excepciones a la regla. Una de esas excepciones fue el entonces Cardenal Jorge Bergoglio que aceptó reunirse con familiares de presos políticos, principalmente esposas y hermanas, las reconfortó, y las instó a continuar “combatiendo mansamente”. También fue una excepción de Monseñor Baseotto que siempre estuvo con los Presos Políticos, los defendió y los visitó como pastor. El resto de la Iglesia se apartó temerosamente.  

Lo mismo con los políticos, salvo el diputado Assef, que siempre nos recibió y nos apoyó, el resto se mantenía en el mejor de los casos al margen, en el peor, en contra. En esa primera etapa, cuando los Kirchner descubrieron que los Derechos Humanos eran una buena cortina de humo, los periodistas fueron parte del aparato propagandístico kirchnerista. En este tema todos estaban de acuerdo, desde Clarín hasta Página 12. El periodismo instaló nuevamente el conflicto de los setenta que había menguado y contribuyó a abrir las heridas del enfrentamiento.

Paulatinamente hubo un quiebre entre la sociedad y sus dirigentes. La que fue cambiando fue la sociedad, no los dirigentes. A los dirigentes les tomó mucho tiempo darse cuenta de que la gente ya no compraba ese producto.

Empezando por la mentira de los 30.000 , los abusos que se cometían contra los supuestos hijos de desaparecidos “apropiados”, los escándalos de corrupción en los que se vieron envueltas tanto Hebe de Bonafini como Carlotto, fueron haciendo mella en el ánimo del ciudadano.  En otro orden de cosas como la inseguridad hubo una fractura muy grande entre la sociedad y sus dirigentes que seguían sosteniendo la ideología del abolicionismo penal como una forma de tolerancia. Hubo una fractura en la confianza. Cuando la sociedad no confía en sus dirigentes se mira a sí misma y ya no se deja influenciar.

Allí comenzó una etapa muy distinta para quienes defendemos la causa de los presos políticos.

En la medida en que el dirigente ha tenido más o menos desarrollado su olfato político empezó a cambiar su actitud contra lo que se dio en llamar el “relato” y particularmente en favor de los presos políticos. En privado, con miedo, nos reconocían que todo esto era una barbaridad. Los mismos jueces que juzgaban a los militares y policías nos reconocían en voz baja que “todo esto es político”. Ahora los políticos nos reciben y abiertamente hablan de abusos, de justicia sesgada, politizada, de venganza pero todavía no podemos conseguir que esas opiniones abiertas se traduzcan en hechos positivos.

De toda la dirigencia, la más cerrada a modificar su actitud es el periodismo que aunque ya no dedica tanto espacio a la demonización de los presos políticos estancó su actitud a un verdadero pacto de silencio. Todos, desde Clarín a Página 12. Entiendo que las empresas periodísticas están muy colonizadas por la izquierda. No por casualidad le pusimos a nuestro programa de radio “De eso no se habla”.

 

F.K. : El 5 de Agosto próximo pasado se realizo una reunión Reflexiones sobre los años Setenta, en la Universidad Católica Argentina. Monseñor Casaretto, Arturo Larrabure y Norma Morandini estuvieron presentes. A esta mesa de diálogo te acercaste. Qué pudiste rescatar?

 

A.P.A. : Rescato desde el vamos que se reconozca que el conflicto de los setenta no está terminado. Si uno reconoce un problema tiene más chances de solucionarlo. Cuando en el 2003 se reabrió este conflicto  con los juicios, el proyecto era que se instalara un “relato” oficial y que ya  no se lo volviera a cuestionar. Que se produjeran un montón de condenas políticas hechas pasar por judiciales y que ese fuera el fin de la historia.

Existe todo un sector de la sociedad que no está dispuesto a cerrar el capítulo de esta forma, y mucho menos con gente en prisión  y es muy positivo que la Iglesia busque la manera de pacificar el país.

Es lo que rescato. El debate fue, en mi opinión, algo lavado. Es incuestionable la figura del Coronel Larrabure representado por su hijo Arturo en busca justicia y memoria completa. También fue reconfortante la presencia de la senadora Norma Morandini que tuvo un lenguaje cuidado y conciliador desde el recuerdo de su propio dolor. Nadie claudicó ninguna posición pero se intentaron puntos de contacto.

Me sorprendió la sorpresa, valga la redundancia, de la senadora Morandini ante el lagrimeo de la hermana de un PP. Por ahí no estaba muy consciente del daño que esta “política de Estado” les hace a los familiares de los Presos Políticos.

La Iglesia en la figura de Mon. Casaretto pidió perdón por haber estado de ambos lados de la contienda.

Todo esto fue positivo pero si tuviera que decir qué faltó diría que faltó presente y futuro porque el dolor de Larrabure, el dolor de Morandini son dolores profundos y respetables pero por hechos del pasado. Hoy hay dos mil dolores que sufren cárcel injusta, abuso del Estado y persecución política multiplicados por cinco, por diez, por cien que son sus familiares y amigos. Eso falto, faltó la mención de los Presos Políticos que aludió sobre el final Arturo Larrabure y que se desbordó en forma de avalancha cuando los asistentes tuvieron oportunidad de hacer preguntas. Creo que no era el propósito de los organizadores tratar ese tema pero se vieron desbordados.

 

F.K. : A lo largo de la historia, la cúpula de la Iglesia Católica arrastra un grueso legajo de evasión ante problemas graves. Es malicioso sospechar que no se quieren comprometer ya que en el pasado recibieron críticas de la izquierda y ahora de un sector de la ciudadanía que reprueba a la administración Kirchner?

 

A.P.A. : En mi opinión la Iglesia tiene mucho que perder cuando actúa como poder temporal y  allí ha recogido siempre fuertes críticas. En nuestro país actúa en forma culposa frente a las críticas mordaces que vienen de la izquierda. Cuando la izquierda habla de “dictadura” le agrega los apelativos “militar-cívica-eclesiástica”.

La izquierda con esta acusación ha conseguido anularla y ponerla a la defensiva. Ha conseguido desactivarla como amenaza y es una estrategia a la que la Iglesia no se ha sabido oponer.

No puedo asegurar si es bueno o malo que la Iglesia opine en política, lo que no puede es ignorar su responsabilidad humanitaria frente al que sufre. En el caso de los Presos Políticos creo que le está faltando compromiso. Podemos discutir si el lugar de la Iglesia es influir políticamente pero no puedo aceptar una Iglesia que se mantenga al margen del dolor de los que son perseguidos por el Poder. Aquí además de un profundo problema político hay un drama humanitario. Hay personas mayores, enfermas, mujeres grandes, familiares que son perseguidos tanto o más que los presos políticos; son martirizados por el Poder. La Iglesia no puede mantenerse indiferente porque si no, deja de ser Iglesia: “estuve preso y me visitaste…”. Agredir a una persona enferma de esta forma, a un anciano, equivale a los ataques terroristas de los setenta que se concentraban en civiles indefensos, desprevenidos. En derecho penal se denomina alevosía.

Es cierto que hoy los antikirchneristas se han decepcionado un poco del Papa Francisco porque entienden que es funcional al Poder, que antes no lo recibía  y ahora se saca la foto para las elecciones. El Santo Padre es un hombre inteligente y sabe bien que el kirchnerismo lo usa, lo que no se si sabe es que la gente que sí lo quiere se siente un poco decepcionada.

 

F.K. : Si no estoy equivocado, un encuentro posterior Los Setentas, Todas las Voces entre las señoras Fernández Meijide, la Diputada Elisa Carrió, la doctora Victoria Villarruel y una vez más, el señor Larrabure, se definió como debate (El debate que nos debemos sobre la violencia en los años setenta) Desde la distancia pude apreciar idas y venidas de la señora Fernández Meijide y de la Diputada Carrió. Me parece que no es un tema menor, aunque pareciera yo meticuloso en extremo. Si no estaban para escuchar al otro disertante, cual es el propósito del debate? No estamos los propios interesados apartándonos de un posible acuerdo? 

 

A.P.A. : Fue anterior.

 

F.K. : Anterior. Mi error, perdón.

 

A.P.A. : Ese encuentro fue muy interesante y muy valioso. Ocurrió un incidente que hasta el día de hoy no lo puedo comprender y ninguno de los que asistió me lo ha podido explicar. En un momento cuando se hablaba del perdón, de perdonar, la Sra. Fernandez Meijide reiteró su posición de que ella no perdonaba porque no podía perdonar por otro, porque no sabía si su hijo Pablo hubiera perdonado. Y terminó molesta tiró el micrófono y se retiró aduciendo un compromiso previo.

Ignoro qué fue lo que pasó, qué le molestó. Luego, la Dra. Carrió le pasó algunas facturas. Según algunos fue un viejo enfrentamiento entre ellas pero eso tampoco lo explica.

 

F.K. : "Panfleto 12"  y otros medios similares tienen encabezados en común: "Represores, genocidas van a ser juzgados" este preconcepto es parte de algún memo, algún documento que alienta a jueces e instala en la población el mensaje de acusar y sentenciar sin pruebas a ex integrantes de las Fuerzas?

 

A.P.A. : Página 12 es un diario que desde su fundación –con dinero de Gorriarán Merlo- tuvo la función de instalar un relato.

Entender Página 12 es entender a la izquierda. Aunque exponen una imagen rebelde son disciplinados y verticalistas. El hombre de izquierda no se piensa a sí mismo como un ser humano individual sino como parte de un grupo. No van a encontrar en la izquierda a alguien que opine contra el discurso único. Si alguien lo hace no lo dice y si lo dice, es expulsado. El temor a ser repudiado por el grupo es demasiado grande como para que alguien se atreva a tener ideas propias y publicarlas. Eso definitivamente incluye al lenguaje.

El lenguaje se va uniformando a través de la ideología “represores” es una palabra usada en forma peyorativa no porque reprimir sea malo, sino porque han reprimido el proyecto de revolucionario  de la izquierda. Cuando se “reprime” en Cuba con un código penal tremendo o se persigue disidentes, lo llaman de forma más positiva.

Todo el lenguaje “represores”, “genocidas”, “dictadura” apunta a demonizar a cierto grupo de personas para provocar odio. Un odio que disimule la ilegalidad de los juicios y los justifique. Una especie de “teoría de los dos demonios” al revés. Sería algo como “si ellos cometieron esas barbaridades que se joroben cuando no tienen  juicios justos”. Lo he escuchado varias veces.

En cuanto a los juicios…hay una relación poco sana entre la ideología de izquierda y la necesidad de juzgar socialmente al enemigo. Esto se vio en el juicio de Nüremberg en el que prácticamente se enjuició a los jerarcas nazis por presión de la URSS. Las otras potencias no tenían mayor interés.

Luego los juicios populares cubanos contra funcionarios del gobierno de Batista y el juicio al General Ochoa que es una clase  teórico práctica de control social. Ese último juicio puede verse en Internet completo y explica muy bien qué lo que busca la izquierda con un juicio. El fiscal se mofa de los acusados, no les permite hilar una frase completa, los obligan a permanecer de pie durante todo el interrogatorio, con ropa arrugada, desprolijos, el público se burla y realiza manifestaciones de aprobación y desaprobación según el caso. Es la sociedad destruyendo al enemigo.

Los jueces argentinos que obedecen a esta “política de Estado” son sólo herramientas que la izquierda utiliza contra las FFAA y de Seguridad. Son el “law fare” que explica Jon Perdue.

En privado los jueces protestan por “estos locos” que los obligan a hacer cosas… pero en público repiten el rosario ideológico.

 

F.K. : En De Eso No se Habla -radio show que te cuenta como panelista- deben haber desfilado un montón de historias. Debido a tu actividad como visitante de Unidades Penales, debes haber recolectado otras. Alguna que te haya impactado en demasía?

 

A.P.A. : Todas me impactan mucho, cada una a su manera. Cada vez que voy a un penal y me encuentro con un señor mayor, educado a la antigua, que me da la mano y me trata de usted, pienso que estas personas siempre hicieron sólo lo que la sociedad esperaba de ellos  y ahora son enviados a prisión.

En casos puntuales, me impacta mucho la historia de Elida Hermann, que fue un ama de casa y que ahora está en prisión por “lesa humanidad”. Una mujer de 71 años con un montón de presas comunes chiquilinas y groseras. Me conmueve que su hija Bárbara la siga apoyando incluso contra lo que es mejor para ambas. Alguien me dijo “y bueno, que la repudie en público así consigue su libertad y que en privado la siga queriendo”. Eso han hecho algunos nietos “recuperados”, Bárbara se negó, aunque es muy doloroso se mantiene en su tesitura y, por lo tanto Elida sigue presa.

Me impresiona mucho la crueldad. Argentina siempre fue un país injusto pero nunca se había regodeado en la crueldad.

Me viene a la memoria un señor mayor, un general, creo, sin piernas y con demencia senil que yacía en una cama del pseudohospital de Ezeiza, con unos pañales sucios que nadie cambiaba porque la visita sólo puede entrar dos veces por semana. Ese señor estaba allí por “peligro de fuga”.

Otro caso que me impresionó mucho hasta la congoja fue un Coronel al que conocí en una de mis visitas que tuvo un derrame cerebral y el director Victor Hortel lo quería llevar a la rastra nuevamente al penal. La crueldad. Este coronel estaba internado en el Hospital Militar Central, en coma inducido, conectado a un montón de tubos y aparatos. El camporista Hortel hacía gala de compromiso ideológico y lo fue a buscar con un celular, quería que le desconecten los tubos y drenajes y lo único que impidió que se lo llevara fueron las hijas que se subieron al capot del celular y la médica de turno que llamó a la policía.

Hay tantas historias increíbles que no me extraña que el periodismo guarde silencio. Si el gran público conociera lo que yo veo y escucho todos los días habría una “toma de la Bastilla”.

El caso de Patti, que sigue postrado en una cama aunque la ONU ordenó que se lo lleve a un hospital o se lo traslade diariamente en una ambulancia de alta complejidad a hacer su tratamiento. No se hace ni una cosa ni otra.

Recuerdo también a unos policías del Chaco, muy pobres, muy simples, que no sabían por qué estaban en Marcos Paz, tan lejos de su familia. Sus familias eran tan pobres que no podían venir a verlos y hubo que hacer una colecta para comprarles ropa y comida porque los trajeron con lo puesto. Estábamos en invierno y ellos traían ropa como para el calor del Chaco.

 

F.K. : Tienen los Presos Políticos en líneas generales, problemas para hacerse de los elementos de prueba con los que son acusados?

 

A.P.A. : La prueba en los juicios de “lesa” es una burla al sistema judicial argentino. Las pruebas de ADN de cadáveres carece absolutamente de contraprueba. No existe la cadena de custodia.

Los testimonios son armados, lo hemos comprobado en más de una vez y hasta hay casos en los que los testigos lo han confesado en el estrado. Existen las “escuelas de testigos” que les indican lo que deben declarar y de qué manera. El marino Scilingo señaló en España que su testimonio fue preparado por Verbitsky y ensayaba delante de él cada inflexión de la voz.

 Los “testigos” de estos juicios son personas interesadas, lo que es una contradicción porque testigo, sólo puede ser una persona ajena a un determinado pleito. Pues estos “testigos” son los que dicen haber sido detenidos ilegítimamente y con ese testimonio suyo, queda “probada” la detención con lo que se hacen acreedores a una indemnización del Estado. En otros casos los “testigos” son personas que sienten odio manifiesto por los acusados, que han sido miembros activos de organizaciones armadas como Montoneros y ERP y lo dicen abiertamente en los juicios con lo que procesalmente quedarían excluidos pero en los juicios de “lesa” los admiten.

En este cambalache que ha creado la jurisprudencia de “lesa” a estos testigos se los llama “testigos necesarios” que es una confesión del prevaricato: “como necesitamos condenar a toda costa los aceptamos igual”.

Lo mismo pasa en los casos de “apropiación”. Como ejemplo está el caso Mancuso, en el que a un matrimonio lo acusaban de “apropiación” de uno de sus hijos biológicos. De nada sirvió que demostraran una y otra vez que el hijo era biológico, todos los exámenes de ADN daban seguridad absoluta pero seguían insistiendo con más y más exámenes. Lo más lógico hubiera sido cotejar el ADN con el de sus padres pero la justicia politizada lo cotejaba con cientos de datos de familiares de “desaparecidos”, siempre aparecían nuevos “datos” y el juicio se mantuvo abierto por cinco años. Estos casos, como el de los Noble, nunca se cierran porque la posibilidad de que aparezcan nuevos “familiares” que aporten su ADN es eterna. El negocio también.

 

F.K. : Secretarios Judiciales que actúan como jueces, jueces subrogantes, fiscales Ad Hoc. Que sombra de ilegalidad tiene esto? Esta cadena de jueces subrogantes -hablo de los que se doblan ante los caprichos del gobierno- es una especie de "Hoy sos subrogante, si accedes a mis pedidos, serás nombrado" ?

 

A.P.A. : En los casos de “lesa” los jueces subrogantes tienen la característica de que son también nombrados.

El asunto es siniestro. Cuando comenzaron los juicios de “lesa” los jueces federales se vieron sobrepasados de trabajo en algunos casos, y asqueados por las irregularidades en otros. En cualquier circunstancia, los jueces que existían en ese momento se negaban a encargarse de estos juicios. Fue por eso que se tuvieron que armar “juzgados especiales” que choca de frente con la idea de “juez natural”. Cuando quieren iniciar un juicio en una jurisdicción,  traen jueces de otros lugares. Esos jueces son subrogantes pero son jueces nombrados conforme a la Ley en otro lugar del país.

En esto es muy pintoresco el caso de la juez Ana María D´allesio que actua simultáneamente en Capital Federal y Usuahia. Siendo titular del Tribunal Oral Federal de Usuahia, fue nombrada subrogante en Capital Federal para el juicio denominado ABO.  Ella vive en Capital Federal y se la nombró juez de Usuahia pero era subrogante en Capital Federal.

Todos los jueces cobran un sueldo por su cargo de juez titular y otro como subrogante, además de una suma por viáticos muy elevada.

Otra gran irregularidad es que se admiten como jueces a quienes han sido querellantes previamente o fiscales en juicios de “lesa”.

Aunque los jueces son nombrados, si pretenden permanecer en sus puestos o ascender, deben condenar siempre a los de “lesa” y jamás conceder excarcelación durante el juicio o domiciliaria, son contados los casos de prisión domiciliaria pese a que le corresponde a la mayoría.

Los jueces que se han negado a esta “política de Estado” han tenido que renunciar porque han sido perseguidos como el Juez Bisordi y la Secretaria de Cámara María Laura Olea y tantos otros.

También pasa con los defensores de oficio a los que les prohíben hacer una denuncia de contexto político y sólo pueden hacer la defensa técnica.

 

F.K. : Qué es una oficina, una secretaría de Derechos Humanos en la Argentina de hoy?

 

A.P.A. La secretaría de Derechos Humanos no es más que una agencia de propaganda gubernamental. Difícilmente hagan en algo que no tenga que ver con el conflicto armado de los años 70. En algunos casos actúan como querellantes en los juicios de “lesa”, lo que está expresamente prohibido por la Constitución Nacional porque la Secretaría es una dependencia del Poder Ejecutivo y la CN prohíbe al ejecutivo cualquier injerencia en cuestiones judiciales.

Hoy en Argentina, Derechos Humanos es sinónimo de conflicto de los años setenta. No existen ni los aborígenes, ni la discriminación, ni la pobreza, ni ninguna otra cosa. Por lo menos yo no los he visto defender ninguna otra causa.

 

F.K. : José D'angelo comentaba que fue a solicitar el listado de la gente por la cual se reclamaba resarcimiento económico. Esto fue denegado. Consultó por los nombres de quienes cobraban estas compensaciones. La respuesta una vez más fue negativa. En donde comienza el derecho a la preservación de los beneficiados y donde termina el del contribuyente por saber cual es el destino de sus dineros?

 

A.P.A. : En la Asociación Justicia y Concordia hemos hecho algo más que ir a preguntar, el fallecido Dr. Oscar Vigliani hizo un “habeas data” en forma de amparo solicitando esa información y  la Justicia se la negó aduciendo un derecho a la “intimidad”, lo que no es más que un torpe argumento para esconder los usos y abusos en esta materia.

Si en los listados de “Desaparecidos” que son públicos y cualquiera puede chequearlos podemos encontrar una juez de la Suprema Corte de Justicia, un  Procurador General de la Nación y un Juez provincial de Morón, no quiero imaginarme la serie de irregularidades que deben haber ocurrido con las indemnizaciones, esto amparado en el secreto. No existe excusa para mantener en secreto estas listas y el monto de lo abonado; que siga siendo secreto se explica a sí mismo por la corrupción.

No existe tal derecho a la “intimidad”. Los listados de personas indemnizadas por el Estado son públicos en cualquier otra materia, incluso en temas mucho más sensibles y sin embargo esto se sigue manteniendo en secreto porque lo abonado por el Estado sería un escándalo del que muchos no se podrían recuperar.

Muchos políticos hablan de investigar la corrupción, veremos si hablan en serio cuando se investigue cuánto se pagó en indemnizaciones y a quiénes. Sino, será sólo una promesa electoral.

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