Hace unos días hablando con una Mujer en clase, me comentó que su vida era todo un desastre y que estaba perdiéndole el sabor y el sentido a su existencia…

¿Tan grave está, Señora?

–Le respondí enseguida.

Y la verdad es que se quedó sorprendida ante mi respuesta inesperada.

No obstante, debo reconocer que el primer sorprendido fui yo mismo al escuchar sus comentarios cargados de sufrimiento…

“Vivo entre dos mundos, y siento que no pertenezco a ninguno”

No cabe duda, de que cuando la mujer vive en soledad, careciendo de la más elemental caricia o gesto afectivo, se tiende a idealizar a cualquier hombre, corriendo el peligro de enamorarse muy fácilmente, sin importarle incluso, que el hombre de sus sueños esté ya casado, o tenga compromisos ya establecidos con otra mujer.

Se asume el riesgo y se toma la decisión sin importar el qué dirán o el qué pasará, con tal de no quedarse sola.

Y como es de suponerse…

“Acaba saliéndose con la suya, al menos por un tiempo”

No pasan ni dos meses cuando llega lo inevitable. El esposo de ella se entera y le ingenia todo un escándalo con palabras hirientes…

“*Eres una cualquiera*, *una quita de cónyuges*, *una vulgar inconsciente*, *no tienes vergüenza*, *me lo vas a purgar*, *esto no se quedará así*”

Empiezan las amenazas, las disputas, los encontronazos, las reclamaciones, las venganzas y por supuesto, la *Guerra de los Rosse*, de nervios con los ánimos caldeados de parte y parte, y no faltará por allí hasta quién diga…

“Lamento por Usted, tan guapa que es y, volverá a quedarse sola por transitar puntualizando con quien no debía”

Fuerza para recomenzar…

“Un coste demasiado alto por ser amada y aunque sea por un momento haber sentido que le importaba a alguien, aunque ese alguien haya sido el menos indicado”

¡Se siente ahora vil!

Le agobia su destino, vuelve a la oscuridad sedante de su cuarto, se siente oprimida, y *no vencida*, quiere salir del charco de la compasión por sí misma, y le duele el alma, le duelen los años, le duele la vida y cargando a cuestas su pena, su tristeza y su frustración, toma en sus manos el escudo de la fe y defina levantarse…

¿Por qué privarse de la alegría de haber aprendido de una experiencia maravillosa?

¿Por qué no tomarlo como un tropiezo de enseñanza?

¿Y por qué reprimirse las ganas de volver a intentarlo con otro hombre que la supiera valorar justamente?

 

Quizás Usted misma Mujer, ha realizado un recomienzo en su vida, había tomado muchas inicuas decisiones, y ha tenido un divorcio y con ello un nuevo comienzo desde cero, radical, un nuevo camino, nuevos intereses. Retome los estudios, trabajo, hogar, familia, amigos, y encumbrase con unas ganas infinitas de vivir, de ser, de figurar, de sobresalir, de sentir…, y es que la vida, aun con tantas carencias y soledad, merece ser vivida con intensidad.

No siempre se corre con la suerte de sentir tan profundo ni de mirar tan alto cuando concluye de levantarse de una enorme caída.

Volviendo a mi alumna, sabía que si seguía con aquel hombre casado terminaría mal, que fenecería encerrada en su cuarto llorando su pena indefinidamente. Su vida era una catástrofe, se había enamorado de la persona equivocada, su vida había tomado el rumbo desacertado.

Siendo así…

¿Cómo no hacerle mi última pregunta?

Estando en la situación en la que está, la Señora…

¿Ha pensado en dar la vuelta de página y recomenzar su vida?

Otra Mujer no lo pensaría ni un momento, de hecho, muchas han estado en sus zapatos, y han logrado recomenzar su vida. Se puede dejarlo todo, se puede volver a principiar, se puede, muchas lo han logrado, Usted también podría…

“Plantéaselo-Esbócelo- Hoy puede ser un gran día”

-Todas tienen dos vidas. La segunda, comienza cuando se den cuenta de que sólo poseen una. A veces, conviene considerar recomenzar la vida-

 

“Escondiendo el dolor”

Con miedo me haces vivir, con sonrisa en mi mirada detrás mi llanto infeliz, me consume atormentada.

¿Qué te hice amante mío?

Si mi vida yo te he dado y ahora en éste corazón frío mil puñaladas has asestado.

Ante el mundo voy riendo por no llorar con mis penas que, las lágrimas no están viendo solo a mi alma encadenan. Te quiero tanto, decías te amo con los cinco sentidos hasta el final de los días, y el corazón me has despedazado.

No me levantes la mano que no soporto el dolor soy como tú, un ser humano, solo necesito amor…

 

Dr. Hugo José Naranjo.-

 

*Elogios de la seriedad*

H.N./e.d.l.s.

-El Pulso del Columnista, fan de los contenidos con convicción irrebatible-

-Y escritor de cartas y narraciones de sueños –

“Pasión-Paciencia-Perseverancia”

“Él nunca pudo tener una vida familiar, una pareja, no le concernía hacer mucho contacto con otras personas y era bastante reservado para sí mismo”

“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”

“Doctorado honoris causa y Máster - MBA Nacional e International.

“Executive en Dirección de Proyectos y Empresas”

-Soy Nadie -