Enero 15, 2016
Me llamo Julián, te quiero
El agente del FBI Carter Preston (Sidney Poitier) simula descuidarse y permite que el ex francotirador del I.R.A. Declan Mulqueen (Richard Gere) desaparezca pese a que debería volver a prisión en la escena previa al telón final de la película El Chacal (1997). Es la romántica mirada de Hollywood de una relación casi amistosa entre un policía y un malhechor. No es una gran película. Pretende ser una nueva versión de la novela El Día del Chacal de Frederick Forsyth y tal vez -con otro título- nadie hubiera notado la semejanza y sus productores hubieran ahorrado un fajo de dinero en derechos de autor. Tampoco utiliza un lenguaje Shakesperiano o deja frases para la posteridad.
Aunque de ejecución lingüística menos afortunada encontramos frases para la posteridad entre el ex comisario de Quilmes Leonardo Julián y el empresario culinario más exitoso de la Argentina, el señor Marcelo Melnyk.
Julián: Marcelo!
Melnyk: Agachate y conocelo
Julián: No boludo, soy Julián, el comisario de Ezpeleta.
Melnyk: Mamá...!
Julián: Pelotudo, no me cortés.
Melnyk: Pero si me están bolaceando, qué querés que haga.
Julián: Che, boludo, no estoy más en Ezpeleta, eh.
Melnyk: Eh?
Julián: No estoy más en Ezpeleta…
Melnyk: Ya sé, boludo. Ya sé...
Julián: Ah, bueno
Melnyk: Dónde estás? Te fuiste a Adrogué?
Julián: No, soy el jefe de distrito acá de Almirante Brown.
Melnyk: Mamá...
Julián: Ahora tenés banca eh. Ahora tenés banca acá, loco, eh.
Melnyk: No digás nada que están todos los teléfonos pinchados.
Julián: Bueno, sí, están pinchados. Escuchame, “pinchado”: Cuando quieras pasate por acá, loco…
Melnyk: Voy a pasar pero la otra semana, Juliancito… así hablamos un poquito.
Julián: Dale, no hay problema. Pero avisame cuando venís.
Melnyk: Dale, Juliancito. Gracias por llamar. Este es tu celular, Julián?
Julián: No, es mi teléfono directo acá del distrito.
Melnyk: Pregunto por vos, ahí…?
Julian: A partir de hoy tengo teléfono nuevo. Hoy a la noche tengo teléfono.
Melnyk: Bueno, bajate Whatsapp y mandame un Whatsapp.
Julián: Dale, te mando un Whatsapp…un abrazo.
Como ejercicio mental, invierta los interlocutores y encuentre dos diferencias de expresiones para ganar el premio mayor.
Melnyk tiene un discurso idiomático especial, el ex comisario Julián se pone a la altura con su sabiduría callejera. Pero, analicemos este diálogo entre amigos tratando de traducir el mismo para los lectores de habla hispana.
Julián: Marcelo!
Melnyk: Agachate y conócelo (Al parecer, Marcelo es un hombre de escasa estatura física)
Julián: No boludo, soy Julián, el comisario de Ezpeleta. (Según la inflexión, “boludo” tiene una definición diferente, categorizando a una persona de estúpida, poseedor de grandes testículos o simplemente un adjetivo cariñoso)
Melnyk: Mamá...! (Aserción de asombro)
Julián: Pelotudo, no me cortés. (Pelotudo: Sinónimo de boludo, tal vez con una suave pero decidida connotación de mandato)
Melnyk: Pero si me están bolaceando, qué querés que haga. (Aquí debemos decantarnos por la interpretación del verbo callejero “Bolacear”. Su definición indica mentir o decir insensateces)
Julián: Che, boludo, no estoy más en Ezpeleta, eh.
Melnyk: Eh?
Julián: No estoy más en Ezpeleta…
Melnyk: Ya sé, boludo. Ya sé...
Julián: Ah, bueno
Melnyk: Dónde estás? Te fuiste a Adrogué?
Julián: No, soy el jefe de distrito acá de Almirante Brown.
Melnyk: Mamá...!
Julián: Ahora tenés banca eh. Ahora tenés banca acá, loco, eh. (Antes, Melnyk no se podía sentar. O bien no tenía apoyo logístico en esa zona)
Melnyk: No digás nada que están todos los teléfonos pinchados. (Siempre hubo problemas con las comunicaciones en Argentina. No es claro si cuando un teléfono se pincha, o bien se desinfla o las palabras se escapan a través de sus cables)
Julián: Bueno, sí, están pinchados. Escuchame, “pinchado”: Cuando quieras pasate por acá, loco… (En la jerga, pinchado puede haber sido una salida afectuosa del ex comisario. Otra interpretación vulgar habla de una persona que fue posicionado sexualmente)
Melnyk: Voy a pasar pero la otra semana, Juliancito… así hablamos un poquito. (Construcción de ritmo poético con la utilización de Juliancito, diminutivo de Julián)
Julián: Dale, no hay problema. Pero avisame cuando venís.
Melnyk: Dale, Juliancito. Gracias por llamar. Este es tu celular, Julián?
Julián: No, es mi teléfono directo acá del distrito.
Melnyk: Pregunto por vos, ahí…?
Julian: A partir de hoy tengo teléfono nuevo. Hoy a la noche tengo teléfono.
Melnyk: Bueno, bajate Whatsapp y mandame un Whatsapp.
Julián: Dale, te mando un Whatsapp…un abrazo.
Nada de extraño en esta conversación. Es por ello que se debe dejar de lado toda suspicacia en el dialecto de Leonardo Julián, el ex comisario “tumbero”.
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