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Un breve raconto y un necesario recordatorio sobre esos movimientos que se fueron armando y enquistando en el corazón de nuestra iglesia y nos costaron miles de vidas

 

             Jerónimo Podestá                                    Jaime de Nevares                                  Luis Farinello

Ya en la década del setenta había experimentado – como muchos creyentes católicos - una pena inmensa y mucha preocupación por las actividades en nuestro pais de los llamados “curas del tercer mundo”, cuando predicaban y promovían la “ Teología de la Liberación”, creada años atrás por el pastor presbiteriano brasileño Rubem Alves y el sacerdote católico Gustavo Gutierrez Merino, fomentando - tal vez sin querer - la violencia descontrolada que sufrimos por aquellos tiempo. Entre muchos otros, los referentes vernáculos eran Jaime de Nevares, Luis Farinello y el obispo de Avellaneda Jerónimo Podesta, creador de aquella “ Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados ”. En el resto de Latinoamerica podíamos nombrar al sacerdote colombiano Camilo Torres, a Helder Camara en Brasil, los jesuitas Jon Sobrino y Juan Luis Segumdo en El Salvador y Uruguay respectivamente, o a la religiosa peruana Nelly Evans Risco, que abandonara su congregación  para alistarse en Sendero Luminoso y que, al igual que el sacerdote nicaraguense Gaspar Garcia Laviana, abrazaron el marxismo y empuñaron el fusil. Ahora vuelven a aparecer en una parroquia de la Isla Maciel recreados en un grupo autodenominado “ Opcion por los Pobres ” y acompañados por la ex presidente Cristina de Kirchner, reclamando por la injusta e ilegal detención de Milagro Sala, justificando el descarado enriquecimiento del empresario Lázaro Baez y exigiendo la renuncia del presidente de la Nación, discutiendo entre otras cosas, el deseo de extinguir la participación societaria y la eliminación de la grilla de la cadena multiestatal Telesur, el principal organismo de propaganda del regimen venezolano.

 

En este caso, lo que me provoca la actitud de estos religiosos coordinados por el sacerdote Eduardo De la Serna, en lugar de preocupación es muchisima vergüenza e indignación. Los pastores de “mi iglesia”, si bien deben es loable e imprescindible que se preocupen por la pobreza y la exclusión, deberían abstenerse de militar en politica … y mucho menos, por “ el partido de los corruptos “.

 

 

Alejo Uribe

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