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Editorial del diario LA NACION

Mayo 6, 2016

Otra deuda del Estado argentino

 

Debe ponerse fin a la contradicción entre la defensa de los derechos humanos y el irregular tratamiento para muchos detenidos sin condena

El respeto al derecho, la razón y la equidad son tres de los mandatos que se conjugan en la palabra justicia, pero cuyo significado universal, inequívoco, no es otro que el de ser justos, actuar y proceder como demanda la ley. En las últimas semanas, a raíz de los juicios en los que se investigan delitos de lesa humanidad, 112 personas con prisión preventiva, muchos de ellos adultos mayores, enfermos, enviaron peticiones de medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que cesen los tratos crueles y degradantes a los cuales muchos de ellos denuncian ser sometidos en las cárceles desde hace años.

Los peticionantes son miembros de las Fuerzas Armadas, policiales y de seguridad, al igual que civiles procesados en las mencionadas causas judiciales. El propósito de las denuncias ante la CIDH es que el Estado argentino se ponga a derecho y les conceda la prisión domiciliaria o las excarcelaciones por exceso en los plazos de prisión preventiva; es un trato no sólo acorde a su edad, sino también a la necesidad de acceder a los centros de salud para tratar sus dolencias. No hay que pasar por alto dos hechos que agudizan su situación. Por un lado, la avanzada edad de los solicitantes urgidos por obtener respuestas; por otro, la ausencia de condena firme que, en los hechos, no significa otra cosa que una muerte segura en cautiverio. Lo confirman los 355 fallecidos en esa condición.

 

En una reciente entrevista con LA NACION, Graciela Fernández Meijide, integrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), referente de los derechos humanos y madre de un adolescente desaparecido, argumentó, con la claridad y la valentía de siempre, acerca de la idea que tiene del castigo. Estas fueron sus palabras: "Creo en la Justicia y en los derechos humanos si puedo pedir el mismo nivel de justicia para mi hijo que para mi peor enemigo". Recordó que, al volver la democracia, se instaló la posibilidad de cursar estudios universitarios en las cárceles comunes, pero que a los presos militares se les prohíbe estudiar. "¿Cuál es el argumento? Es la sinrazón. En el caso de Videla, un tipo que estaba anticoagulado, viejo, con quebradura de cadera, que se iba en sangre... A lo mejor se moría de la misma manera en su casa, pero, ¿qué ventaja sacó el país dejándolo en prisión en ese estado? ¿Qué ejemplo estamos dando?", se preguntó.

Los interrogantes de Fernández Meijide sacan a la superficie lo que tantos prefieren ignorar con la actitud propia del fanático que redobla sus esfuerzos aunque haya olvidado los objetivos. "Cuando los militares secuestraron y mataron con mayor sadismo a los militantes del ERP y Montoneros, no los trataron como seres humanos, hicieron venganza. ¿Vamos a hacer lo mismo? ¿Qué nos diferencia? ¿Para qué construimos entonces una democracia con instituciones distintas? Yo digo, ¡para que respetemos la ley, carajo! Por eso, uno no puede ser juez y parte. Nunca podría haber juzgado a los que mataron a mi hijo, porque, por supuesto, quiero retorcerles el cogote. Tiene que ser alguien que pueda ser objetivo, aunque se indigne por el hecho, pero que pueda tomar la distancia que marcan todos los códigos de procedimiento", afirmó.

 

Desde estas columnas hemos denunciado que el régimen penitenciario al que se encuentran sometidos tantos de estos detenidos sin condena, alojados en las cárceles de Marcos Paz, Ezeiza y en otras del interior del país, es violatorio de la Constitución Nacional, de las normas internas y de los pactos internacionales que ha suscripto la Argentina. Hay que destacar, sin embargo, la clara posición asumida tanto por la CIDH como por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Son órganos del sistema interamericano que, en forma unánime, consideran que un Estado es responsable de brindar las garantías para el ejercicio de los derechos humanos a las personas de su territorio, en especial a quienes están bajo su custodia como es el caso de los privados de su libertad.

Los argumentos de la petición y de la solicitud de medidas cautelares que se han presentado son concordantes con lo que fijan los instrumentos internacionales y se basan en los informes de la CIDH y en la jurisprudencia de la Corte Interamericana. Más de un centenar de detenidos recurren a esta nueva instancia de mediación para que avale sus derechos. No están solos. Ha pasado tiempo suficiente para que se dé respuesta a una contradicción insostenible entre el respeto a los derechos humanos que tanto se proclama y la violación que significa el tratamiento de personas a quienes la Justicia parece ignorar.

La Nación

Mayo 6, 2016

"Los derechos de cada individuo disminuyen cuando los derechos de uno solo se ven amenazados"

John F. Kennedy

"El editorial es fiel reflejo de lo que acontece. Lo ha dicho con precisión el cubano-americano Armando Valladares en la Feria del Libro  ante la mirada bovina de argentinos".

General Heriberto J. Auel

"Resalto y pondero la actitud e hidalguía sin par de la Sra. Graciela Fernández Meijide. Más allá de ello luego de haber estado sumergido en el peor de los horrores durante 17 meses, viendo, tratando y oliendo en muchos casos despojos humanos, o simplemente personas con sus facultades mentales totalmente deterioradas, les pido que digan BASTA.  Rematé ese horror con un último mes en el Hospital Penitenciario Central de Ezeiza, donde algunos médicos y las enfermeras/ros en general hacen lo que pueden con lo que tienen, mientras la sarna y una rara gripe invade a los ocupantes de las celdas.  Hoy en el segundo día con arresto domiciliario, y luego de 31 días de huelga de hambre y medicación, trato de recuperarme y me pregunto: ¿Qué espera este gobierno para actuar en forma urgente? 24 horas que pasan en mucho, muchísimo tiempo. Entendería las muertes en  prisión de ancianos indefensos, durante el gobierno de “la década ganada”, ellos eran lo que hoy lentamente está saliendo a la luz. Nada más que peligrosos delincuentes y asesinos que llevaron a cabo un verdadero genocidio de niños, a través del empobrecimiento de la sociedad y la facilitación del narcotráfico a gran escala, imbuidos o disfrazados con ideologías contrarias a la vida.  No lo puedo aceptar hoy. Pasaron muchos meses desde el 10 de diciembre ( 5) Donde está el CAMBIEMOS? Como pueden decir que la “justicia” debe ser independiente, si es la misma que ejecutó un plan siniestro, igual o peor a los abusos de los años 70? Reaccionen y actúen ya. . Mañana será muy tarde"

Claudio Kussman

"El diario La Nación recuerda que existe un periodismo vivo que es capaz de seguir hablando de la injusticia de tener presos políticos en democracia.

Hace un par de días el periodista Lanata se lamentó en público por no tener el valor suficiente para hablar del "trato a los militares en prisión". No es el caso del diario La Nación que siempre está del lado de la verdad sin importar los "escraches" de un sindicato de ideología extrema.

Irrita sin embargo que se pondere interminablemente la actitud de Fernández Meijide quien afirmó que "a lo mejor se moría de la misma manera en su casa" respecto de la muerte de Videla. A Jorge Rafael Videla le negaron el traslado a un hospital pese a tener la cadera y varias costillas fracturadas. No se puede aspirar a defender los DDHH si se soslaya que lo de  Videla fue pura y llanamente un homicidio. 

Gracias a La Nación, el indignante asunto de los presos políticos llega al gran público"

Dra. Andrea Palomas Alarcón

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