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Febrero 28, 2015

DESCUBRIENDO MENTIRAS DE LA MENTIRA

Por Claudio Kussman


En Bahía Blanca, Argentina, entre el 24 y 26 de Abril de 1976 aparecen 2 mujeres veterinarias (madre e hija) cruelmente asesinadas mediante disparos de arma de fuego, puñaladas y golpes de martillo, en su domicilio de la calle Irigoyen 314. Siendo esposa (separada) e hija de un ex gobernador de una provincia del sur Argentino, de apellido Solana.  En una pared de la sala de la casa habían pintado con aerosol un “grafiti”  haciendo referencia a una venganza política y era rubricado por un grupo extremista de derecha, cuyas siglas no recuerdo. Como tantas veces me constituí en el lugar y al retirarme observé que sobre un escritorio, las víctimas habían depositado alguna pulsera, cadenitas y anillos. Todo de oro, como era costumbre usar en ese entonces, ya que casi no existían arrebatadores. Era un detalle realmente discordante, los grupos que participaban en esa guerra fratricida en los años 70, asesinaban y robaban. Eran verdaderos carroñeros. Formamos un pequeño equipo de trabajo y así durante días inspeccionamos el inmueble centímetro a centímetro. En esa época no existían los medios, y equipos tecnológicos de hoy. En el lugar no había huellas, ni manchas y los vecinos del barrio o de  medianeras (casas pegadas) no habían visto o escuchado algo que nos orientara. Sí en diferentes muebles comenzaron a aparecer numerosas aparte de gran cantidad de joyas, cartas amorosas de los últimos años, dirigidas a la menor de las víctimas. Evidenciaban en su remitente, el abogado Gustavo Kraiselburd una personalidad obsesiva. También detectamos en una de ellas un error ortográfico, repetido en el grafiti. Estábamos encaminados y con tanta correspondencia íntima, leída “conectados” con su autor. Rastreamos al mismo en Bahía Blanca sin éxito, luego con 2 oficiales mas en la ciudad de La Plata ya que era familiar de los dueños del Diario El Día de esa ciudad. Esa familia había sido víctima del terrorismo y 2 de sus miembros asesinados. El más cruento fue el secuestro y muerte de David, un bebé de 2 meses de edad, ocurrido en julio de 1974 a manos de quienes hoy dicen haber sido “una juventud maravillosa”. Posteriormente continuamos en Buenos Aires. En migraciones luego de varios días, hallamos entre millares de pequeños formularios sueltos de ingreso al país, (no existían las computadoras) que el nombrado había viajado desde EEUU donde residía a Uruguay  y de allí ingresado con el vapor de La Carrera.  Así en  Bahía Blanca habría dado muerte primeramente  a Sila Emer Peralta Bergna de Solana  y posteriormente a su hija Alicia Lía Solana. Para ello como mínimo se había equipado con movilidad, guantes, aerosol de pintura, martillo, cuchillo y un arma de puño presuntamente con silenciador. Mediante tomas fotográficas de la pared escrita se peritó la caligrafía con la de las cartas, estableciéndose que habían sido escritas por la misma persona. Kraiselburd  hábilmente eludió  la justicia durante 10 años hasta que finalmente en 1986, fue extraditado desde EEUU,  juzgado y condenado. Yo no lo conocí personalmente, ya que en 1979  continué prestando servicio en el Gran Buenos Aires.  Sé que luego de  cumplir varios años de prisión, en la cárcel de Marcos Paz (ironía de la vida),  ejerce su profesión de abogado en la ciudad de La Plata, donde es conocido por defender algunos casos de violaciones realmente escalofriantes. Esta historia tendría que terminar en este punto, pero habiendo sido un hecho con características fuera de lo común y ocurrido en fecha próxima a  la de alguna imputación que se me hizo,  mi familia rastreó antecedentes en EEUU. Y así nos encontramos  a 39 años de ocurrido el doble homicidio que las mentiras continúan, pero ahora desde otro sector.  En la  página http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/  , (Izquierda click en BAHIA BLANCA) organismo de apoyo entre otros del Centro de Estudios Legales (CELS) del cual es presidente  Horacio Verbitsky, veremos que en el puesto 44, Emer Peralta Bergna de Solana figura como víctima de la represión de estado y no de un hecho delictivo pasional calamitoso. Las conclusiones las dejo para que la elabore todo aquél que lea estas líneas. Son un buen ejemplo “del relato” Argentino.

LA METODOLOGIA DEL "RELATO"

Carta de Agradecimiento del señor Peralta Bergna, hermano y tío de las víctimas.

NO HAY  PEOR SORDO QUE EL QUE NO QUIERE OIR

 

A esta altura hago un punto y aparte  y reitero lo que dije hasta el hartazgo ante la justicia que no me quiso escuchar. (Como está documentado, la empleada contratada que me atendía, cortaba mi declaración “por lo avanzado de la hora” -la del almuerzo- y se postergaba todo una semana y luego por 2 meses como la última vez, en que decidí no declarar mas y subir todo en Internet).                                                                                          A la fecha de los hechos que me imputan, yo:

                                                                                                              No prestaba ni presté nunca servicio en el Comando Radioeléctrico de Bahía Blanca, ni en ningún otro Comando de otra jurisdicción.                                                                                                                                                               Luego de mis 3 primeros años de oficial de judicial, comencé a trabajar en la calle de civil, lo cual me había impulsado a ser policía y lo consideraba mi misión.                                                                                                                                        Para l975 hacia 8 años que trabajaba en Bahía Blanca como tal, no comenzaba recién a “caminar la calle”.  Fui el oficial con más años de trabajo de confrontación (de calle) en Bahía Blanca. Seguí hasta fines de 1978 en que en un cambio de Jefatura me sacaron  de la calle, por lo que pedí mi traslado al Gran Buenos Aires (Brigada de Investigaciones Tigre) a donde desde hacía años me querían llevar jefes con los que había trabajado en el pasado. Allí seguí  siempre en calle investigando hechos 4 años más y luego cuando ascendí a Sub Comisario comencé a estar a cargo de dependencias de Investigaciones. Nunca estuve a cargo de una comisaría.                                                                                                                                    

En Bahía Blanca, tenía armada mi  red de informantes por lo que producía mis propios procedimientos, con varios detenidos semanales por diferentes delitos. Solo en SP  (seguridad personal) participaba en el esclarecimiento de 4 a 6 homicidios por año. En el año 1970 llegué a hacerlo en 13 homicidios.  Si tuviera un registro o recordara fechas y trabajos realizados seguramente demostraría la falsedad del relato, ya que sería imposible que estuviera en dos lugares al mismo tiempo. Lamentablemente no lo tengo ni recuerdo, pasaron 40 o más años.                                                                                                                                              No hacia mandados en tareas menores, como me imputa Miramonte. No era mi tarea detener a un par de jóvenes repartiendo panfletos.                                                                                                                                              Se me proveía de la mejor movilidad y equipamiento de la época y dependía solo del Jefe Regional, a quien informaba sobre la tarea que estaba realizando o iba a realizar. Si alguien me hubiera querido comisionar para alguna tarea le tendrían que haber pedido permiso al mismo y este posiblemente hubiera designado a otro personal.  Anterior a este destino había trabajado casi 6 años como oficial de calle de la Brigada de Investigaciones. Para “la justicia” yo digo investigar delitos y esta escucha “grupo de tareas” y dice que “conformaba una asociación ilícita para llevar a cabo un plan criminal clandestino e ilegal implementado para secuestrar, torturar, asesinar y producir la desaparición de personas”  y para ello me encuadra en trabajos totalmente diferentes a las que desarrollé durante mis 31 años como policía. Si yo actuara igual, podría decir que el juez o al secretario, “cosen causas” o atienden la mesa de entrada. O que un “boquetero” asaltaba un banco, fusil en mano. Realmente un mal relato. Soy yo el que puede decir y gritar hoy “que conforman una asociación ilícita, llevando a cabo un plan criminal ilegal implementado para detener ilegalmente, torturar y asesinar personas”.

LAS PRUEBAS ESTÁNA LA VISTA.

                                                                                                                          CLAUDIO KUSSMAN

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Claudio A. Kussman

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