Noviembre 7, 2015
La Desorientación Presidencial
“La verdadera esencia de una dictadura no es su regularidad,
sino su imprevisibilidad y su capricho; los que viven sometidas a ella nunca pueden relajarse”
Christopher Hitchens
Edi Zunino y su casi perfecto artículo "Usted lo confunde todo, Presidenta" trae una serie de hipótesis en cuanto a este tipo de comportamientos, más allá del grado de perturbación mental que todos -en cierta medida- arrastramos por la vida.
Muchos de los admiradores de Edi Zunino podrán encontrar conclusiones tajantes con respecto a la conducta de la presidente Cristina Fernández de Kirchner en su nota Usted confunde todo, Presidenta. El periodista deja libre una catarata de comportamientos obscenos en los cuales ha estado envuelto este gobierno, pero en el primer párrafo de este monólogo en cuyo título se dirige a la Presidente pero en su cuerpo lo hace a sus lectores, señala que "La Presidenta de la Nación no está confundida, pero lo confunde todo. Es una mujer inteligente. Lo hace a propósito. Ha confundido lo público con lo privado. Los intereses del Estado con los de su partido. Y a la crítica la llama hostigamiento."
Muchas y variadas versiones se funden en una posibilidad de un desbalance mental de la mandataria. Más allá y detrás de esto -causa que no puedo, ni tengo interés en perseguir o probar- interpreto que no se trata de cambios de humor, ni fluidos químicos oscilando en la cabeza de la Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas. Es un método. Es un vil y muy antiguo método que ha conseguido convencer a más de la mitad (o no) de la población cuando fue electa. El mismo viejo sistema del que se valió Néstor Carlos Kirchner para seducir a familiares de verdaderas víctimas cuyos Derechos Humanos fueron violados y a los oportunistas de siempre que se subieron a ese buque de negocios turbios, cuentas oscuras, información escondida, difícil de explicar y justificar. El mismo procedimiento que llevó a tantos dictadores a subir y permanecer en el poder.
Es más que sorprendente que esta añeja técnica nos haya afectado en tiempos recientes. Es como si nada hubiéramos aprendido de la historia. Es aquel conocido que nos envuelve en un sistema de negocios piramidales y nos deja sin dinero, sin aliento y con un profundo enojo consigo mismo por haber sido tan inocente (Estúpido, en la jerga de los que no cayeron en la trampa) Hoy, tenemos que enterrar ese famoso ego u orgullo argentino. Nada que pregonar. Somos otro inculto pueblo entre centenas.
Cuando un ciudadano forja una opinión distinta al gobierno, la señora Fernández de Kirchner no se enoja. Sigue las directivas del casi bíblico manual que sentencia a estas personas como enemigas del Pueblo. La señora Fernández de Kirchner es el Pueblo. El pueblo aplaude. El culto a la líder.
Este régimen no es simplemente una fórmula de gobierno, es una estructura en cuanto a las personas que ejercen el poder, todo un sistema de estado, de condición semidemocrático que se identifica con el autoritarismo en la falta de reconocimiento de la libertad y los derechos humanos -curiosamente, pilares del pseudo-discurso que tanto resultado obtuviera el empresario y ex presidente Néstor Kirchner-.
Es por eso que Cristina Fernández no es la preocupación. Es por esto que Daniel Scioli no debería ser una preocupación. Un hombre pequeño, milagrosamente convertido en gobernador, que ha inundado a su provincia de pobreza. Una personalidad de muy pobre nivel intelectual y sin la cintura política que caracteriza a un viejo político con mañas. Pero es, o podría ser una herramienta si sigue los estrictos pasos que el sistema señala. Tampoco Zannini debería desvelarnos. Es el Método que nos ha envuelto inocentemente, o en el peor de los casos, el Método por el cual hemos sido remunerados para creer.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com