Mayo 13, 2016
Cecilia Pando y
El señor José Vicente Pando -padre de la activista política y Derechos Humanos, señora María Cecilia Pando- nos acercó una misiva clarificando los pensamientos y sensaciones en la disputa con la revista Barcelona, tema que desplegamos en nuestra página.
Señor Director:
Me tomo el atrevimiento, como padre de la Señora Cecilia Pando de Mercado, para realizar algunas consideraciones respecto al debate planteado por el abogado de la Revista Barcelona, por el juicio en el que fallara la justicia en favor de mi hija.
Ante todo, quiero dejar aclarado, que la si mencionada Revista hubiese reconocido públicamente la ofensa infligida, "ante ofensa pública, reparación pública", mi hija no hubiera realizado la denuncia ante la justicia.
La libertad de expresión, que tanto se plantea, no es libertad para ofender, ya que el derecho de expresión es un derecho absoluto pero va unido a otros derechos como son el de respetar a los demás.
El articulo 14 de nuestra Constitución Nacional ampara a todo ciudadano, sin distinción, de raza, sexo o condición social de peticionar ante las autoridades.
Derecho que tiene cualquier ciudadano de plantear inquietudes y/o reclamos a sus funcionarios, llámese Presidente, Ministro o Secretario y/o a todos aquellos que ocupen cargos gubernamentales en la búsqueda adecuada, al caso, para obtener la solución de lo que consideran un problema.
Es un derecho del ciudadano peticionar a las autoridades, con nombre y apellido, sin anonimatos, por correspondencia, verbalmente o encadenados, en toda la República Argentina.
Este hecho no hace a quien o quienes lo ejerzan personas públicas o notorias, ni le da otros derechos, calidades o cualidades que las de un ciudadano común.
¿Acaso nos hace públicos a los ciudadanos que portemos un cartel reclamando por una mejora a los jubilados, reclamos para que la justicia castigue, dentro derecho, los actos de corrupción, las coimas el robo al Estado?
Me llama poderosamente la atención que el abogado de la Revista Barcelona, manifieste que mi hija "hizo un ejercicio del derecho a la libertad de expresión en la forma mas pura y dura", mientras la Revista pone en los kioscos de la Ciudad de Buenos Aires a la vista de todo el mundo, una publicación con una foto trucada con su rostro y el cuerpo desnudo de una mujer, naturalmente no es el suyo, encadenada, en aras de la sátira o libertad de expresión.
Mujer, esposa y madre de siete hijos, muchos de ellos menores, con padres y nueve hermanos, que ante tamaño atropello tuvimos que salir a dar explicaciones o aclarar lo inexplicable.
El colmo del ideólogo que armó la contratapa, donde aparece, en frase destacada, acerca de Cecilia Pando el mandato, "apropiate de esta bebota", desgraciado título, machista, de quien con seguridad se cree que cualquiera puede ser dueño de una cosa llamada mujer, olvidando esa frase que Gracias a Dios se ha hecho pública en los Argentinos y se ejerce: "NI UNA MENOS".
A lo mejor dentro de la editorial, alguien piensa o imagina, que lo de "ni una menos" abarca exclusivamente el solo hecho de castigar, dañar físicamente a una mujer o matarla, ignorando que existe el llamado abuso moral y/o sexual, ni una menos ni en fotos.
Me atreví a contestar esta nota, porque nos toca muy particularmente, y por haber presenciado el llanto de mis nietos, de verlos asombrados y angustiados por tener que dar explicaciones a sus compañeros de Colegio, y el colmo abandonar la docencia a mi hija, por respetos humanos, de los que no gozó la revista cuando confundió sátira, con ofensa y sarcasmo.
Y a propósito de los más chicos de la familia, pienso que se les ha escapado a la redacción de la Revista Barcelona los daños colaterales producidos en los hijos menores, o sea la falta de información acerca de los derechos del niño, donde se proclama particularmente la protección de los mismos, "el niño, por su falta de madurez, física y mental necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal..."
¿Qué estaba pasando por la mente de los que escribieron y diagramaron la contratapa de la Revista Barcelona, cuando publicaron algo tan difamante confundiendo, sátira, comicidad con inmoralidad?
Seguramente no midieron otros daños producidos, pensando en Cecilia Pando, no como una mujer, sino una cosa, vergonzante, despiadado, a quienes tenían que denigrar.
Cecilia Pando no nació por generación expontánea y la rodean sus padres, su esposo y sus hijos, en los que uds. no midieron las consecuencias.
Leer, que un hombre del derecho, manifieste que los ampara la libertad de expresión, para que Barcelona publique lo que se les ocurre, realmente me asombra.
Cordialmente
Jose Vicente Pando