Ganó Macri y con este hecho se produce la esperanza de cambiar un país que por más de doce años fue guiado hacia el precipicio. Pero es esta la apreciación de más del cincuenta por ciento de los votantes argentinos. Permanecen en la historia reciente millones de electores que pensaron que el país marchaba bien. Permanecen en las calles grandes grupos de ciudadanos que sienten que no han sido gobernados por la corrupción, la alteración de la historia y la injusticia. Esta gran porción de gente debe ser convencida de su equívoco por el nuevo gobierno o el nuevo gobierno admitir que puede existir una reunión creativa y llegar a una comunión de ideas. Los fanáticos no sirven. Los mediocres tal vez sean recuperables. Los que se movilizan por conveniencia personal deben reconsiderar su actitud ante la vida y los que tenemos un prejuicio ante estas personas, intentar abrir nuestras mentes aunque -como dijo Bertrand Russell- no tanto como para que se nos salga el cerebro.

El trabajo difícil, largo, extenuante, de inversión de horas se origina ya. Macri debe comenzar a decirnos cómo afrontar estas dificultades. La Pobreza , la Educación , la droga y el narco tráfico, la Salud , la desigualdad social entre los que más y menos tienen, la falta de viviendas, la ineficiencia de la Justicia y la corrupción de la justicia , los Jubilados, falta de empleo digno, la recesión que se vive en algunos sectores de la economía, la inflación, la falta de definición del modelo de país a seguir  y los vaivenes, rebotes y estrategias ante la crisis mundial y su efectos en la economía argentina, la inseguridad, la falta de diálogo entre los diferentes sectores políticos, y la corrupción de los funcionarios políticos.

Mauricio Macri fue la esperanza -hasta hoy, 22 de Noviembre del año 2015- de no seguir bajo el pie del peor gobierno que he podido presenciar equiparando e incluyendo a Menem, de La Rúa o los gobiernos de facto. Y más brutales también.

Fabian Kussman

PrisioneroEnArgentina.com