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EL ÁNGEL QUE ME PIDIÓ TATA DIOS

 

En una de las etapas más difíciles que me toco afrontar en mi vida, nació Jorgito, mi primer hijo varón . A meses de nacer tuve que llevarlo a Tafi del Valle – Tucumán - por circunstancias especiales. Seguramente la altura no era lo recomendado. Siempre me lo reprocharé. No acuso a nadie. Un siete de febrero Tata Dios me lo pidió. Después de tantos años todavía no se han secado mis lágrimas y mi corazón sangra como el primer día. Muchas veces me pregunto porque fue el elegido. Teniendo Dios tantos ángeles porque apartó a mí bebe de mis brazos. Mi fe lo acepta. Es un pequeño querubín contemplando al Señor junto a su madre, mi señora, a quien lo consagré al nacer. No reclamo, no blasfemo. Pero no pasa un día que debo secar mis lágrimas. Jamás podré olvidarte, mi niño. Al igual que mis otros, eres un milagro que Dios me legó. La maravilla y prodigio de los hijos. Mi primer varón me dejado un gran un vacío como agua de un río, que ya no regresa. Mis lágrimas nunca cesaran. Con los años mi dolor se acrecienta con la esperanza intacta de que alguna vez nos encontraremos. Tú serás la ilusión que logrará que alguna vez pueda contemplarte otra vez junto al Señor. A pesar de no recuperarme de este golpe letal. De que mi alma todavía se desgarra el Misterio insondable te ha elegido para ser un ángel más. Años después de su muerte un amigo me hizo el regalo más preciado. Una canción que me revela su encuentro con sus amigos del cielo sabiendo que siempre tendremos en la familia otro ángel que nos protege.

 

Dr. Jorge B. Lobo Aragón.

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