Despierta Bangladesh
Un cruel despertar para este país de casi 168 millones de habitantes cuyo gobierno vivía en una burbuja de negación con respecto al terrorismo.
Sus mandatarios se vanagloriaban de no tener disputas domésticas o ser libres como objetivo de fanatismo internacional.
Lo cierto es que desde hace años se viene rumoreando sobre posibles atentados. La pulseada entre Estado Islámico (EI) y Al Qaeda es más compleja si cabe en la vasta región del Sur de Asia. Bangladesh no es inmune. En septiembre de 2014, el líder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, anunció en un video la creación de una rama de la organización en el Subcontinente Indio con el objetivo de “levantar la bandera de yihad” a lo largo del Sur de Asia. Zawahiri mencionó Bangladesh y los territorios con significativa población musulmana de su entorno como uno de los objetivos de esta expansión. También ha habido contactos entre supuestos emisarios de EI y las organizaciones extremistas vernáculas del país.
“Bangladesh ha sufrido el desafío del extremismo religioso durante muchos años. La irrupción de Estado Islámico y Al Qaeda en el Sur de Asia hacen que el escenario se vuelva aún más complejo”, apunta Shafqat Munir, experto del Instituto de Bangladesh para Estudios de Paz y Seguridad Según el analista, el Estado Islámico ha intentado reclutar gente en Bangladesh y las organizaciones locales se están reagrupando. El estado Islámico (EI) ha ido ganando adeptos velozmente debido a las conquistas en Siria e Irak y ya ha dado muestras de presencia en el Sur de Asia, especialmente en Afganistán y Pakistán. “No podemos analizar la amenaza a Bangladesh sin estudiar las amenazas que se producen en el entorno”, subraya Munir.
Otros expertos en terrorismo afirman que en el país se están formando “pequeñas células separadas de los grupos tradicionales, cuyos nombres a menudo se desconocen”, y recuerda que Bangladesh tiene “un valor estratégico” para abordar acciones en la India.
Sin embargo, el gobierno no ha tomado ninguna precaución u organizado alguna comisión investigadora para enfrentar este inquietante destino. Bangladesh tiene una ciudadanía joven y pobre. Es uno de los países más densamente poblado y hay severas grietas entre los musulmanes y los laicos. Es decir, caldo de cultivo y presas fáciles para mentes radicales.
Los simpatizantes no tienen color o rostro. Charlie Hebdo en Francia o el bar Pulse en Orlando fueron sorpresas como lo fueron también el aeropuerto turco o este restaurante en Bangladesh. El terrorismo ataca por la espalda, o sonríe amigablemente mientras detona una bomba. Solo necesitan derramar terror. La victoria es la exposición de su pequeño poder que con mínimos recursos, hace un gran daño.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 02, 2016