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Dr. Guillermo J. Fanego
Sr. Director de LA NACIÓN:
Me dirijo a Ud. a fin de hacer públicas mis opiniones respecto de ciertas actitudes del Ing. Mauricio Macri y algunos de sus colaboradores que, a poco de comenzar una gestión auspiciosa, asumida con poco más del cincuenta por ciento de los votantes nos desconciertan. Siendo de formación peronista, soy de aquellos que no comulgaron, -desde sus inicios, la metodología del gobierno saliente. Soy de los que aplaudieron el abrazo Perón- Balbín, de quienes no abandonaron la Plaza de Mayo y sostuvieron a la primera Presidente mujer de nuestro país hasta el último momento por respeto al orden constitucional.
El llamado al diálogo y al consenso; a la unidad nacional y la reconstrucción colectiva del tejido social; a la lucha implacable contra el narcotráfico y la corrupción como delitos que socaban los cimientos de la Nación se contraponen con tres situaciones que encienden una señal de alerta: la primera es la integración de la Corte Suprema con dos jueces designados “en comisión”, de manera inconsulta, unilateral y sobre todo muy mal explicada y peor comunicada (las buenas acciones fracasan por la mala comunicación). Un gran acierto del extinto presidente Kirchner fue el dictado del decreto 222/03 cuya aplicación hubiera reforzado las buenas declaraciones del Ing. Macri quien parece que olvido aquel ruego del creyente “Cuídame Dios mío de mis amigos pues de mis enemigos me cuido sólo”; los malos consejos conducen a decisiones erróneas.
La segunda cuestión que atenta con la pacificación y la conducta inclaudicable contra la corrupción, -según las directrices presidenciales-, ha sido la reunión del Ministro de Justicia con organizaciones de DDHH que, cuyos principios loables se encuentran desvirtuados y están sospechadas de manejos irregulares de fondos públicos, lo que debió merecer que el funcionario tomase conocimiento de la situación del origen y manejo de los fondos que recibieron a raudales y el destino de los mismo, pues sus “sueños compartidos” fueron financiados por todos los ciudadanos antes de convalidar con su presencia la continuación de su accionar. Visitar la ex ESMA es un claro gesto de mantener la misma política de ver con un solo ojo y olvidar a las víctimas causadas por los “jóvenes idealistas” según el DVALK (Diccionario de la Vulgar Academia de la Lengua Kirchnerista) y que revalida la no intervención judicial o directamente la protección recibida por estas organizaciones sospechadas de conductas irregulares en el ámbito judicial. La presencia del Ministro del ramo es una clara señal para los jueces y fiscales que mayoritariamente, han hecho de la obediencia debida su metodología de trabajo, supervivencia y progreso en su carrera laboral.
El tercer síntoma se relaciona con los anteriores, los ciudadanos que esperamos vivir en una República en la que los gobernantes respeten y hagan respetar la palabra que empeñan y el juramento público asumido deseamos que el Presidente y sus ministros no adopten la actitud del tero que grita por un lado y actúa por otro designando jueces en forma irregular, que reciben de inmediato a sectores cuestionados y convalidan con su presencia ámbitos sospechados de irregulares conductas y cuyas políticas contravienen la pacificación y el diálogo propiciado.
La tercera señal es la herencia, -pesada por cierto-, que tanto Ud. cuanto su actual ministro de Justicia (cuando le ejerció la conducción del Ministerio Público Fiscal) le dejaron al Jefe de Gobierno Porteño refiriéndome al Consejo de la Magistratura de la Justicia Porteña, foco de corrupción “interpartidaria e intersectorial” que anidan en él. Vuestro silente apañamiento a la corruptela y espurio manejo en dicho Consejo que tiene empleados a los que no se los puede llamar “ñoquis” pues ni tan siquiera una vez por mes concurren.
Las dos primeras señales, sumadas a esta tercera de vuestro paso por la Ciudad de Buenos Aires, nos suman en el desconcierto de no saber qué atender, si a vuestras palabras plagadas de buenas y sanas intenciones o vuestros elocuentes gestos que las desmerecen.
No nos defraude, muchos argentinos se lo pedimos, por nosotros, por nuestros hijos y por las generaciones venideras que se merecen un destino de grandeza en paz, unidad y justicia con los ojos bien abiertos para todos en igualdad.
Atte.
Guillermo Jesús Fanego
Abogado-DNI 10691837
fanegogj@cpacf.org.ar
PD: como dudo que el prestigioso periódico LA NACIÓN, la publique pues es la actitud que ha tenido con mis anteriores, les pido a los receptores que la hagan conocer.
Muchas gracias.
Guillermo Jesús Fanego.
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