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CARTA ABIERTA A DANIEL SCIOLI

 

 

 

Señor Gobernador de la Provincia de Buenos Aires:

 

Mi nombre es Claudio Alejandro Kussman, tengo 69 años de edad, soy casado, Comisario Mayor (R) de su policía y desde El 28 de noviembre del 2014 me encuentro prisionero en la Unidad Penal 31 del Servicio Penitenciario Federal imputado de haber cometido delitos de Lesa Humanidad.

Al observarlo a usted en su campaña política por la Presidencia de la Nación en la que se lo ve en numerosos spots publicitarios rodeado de incontables Nuevos Policías, me ha impulsado a escribirle estas líneas.

Primeramente le hago saber que fuera de su pretendido rédito personal, estos jóvenes también son seres humanos y como tales son falibles. Muchos con el tiempo y las vivencias aprenderán a ser policías, otros -en porcentajes variables- muy sinceramente, espero que sean mínimos morirán en manos de la delincuencia que ustedes desde el gobierno con "El Modelo" ayudaron a que creciera exponencialmente. Otros delinquirán, cometerán errores, causarán la muerte de algún inocente, claudicarán ante la visión en directo de la maldad humana, y se harán adictos al alcohol o las drogas. Otros, simplemente se corromperán y algunos abandonarán, lo cual será mostrado y exacerbado por los medios periodísticos en detrimento del buen obrar en el servir y proteger. Si habrá, pese a las equivocadas políticas de seguridad una gran mayoría que saldrá adelante. Se esforzarán y reforzarán la barrera azul que en todas las sociedades del mundo se separan a la gente de paz y de bien de los depredadores a quienes ustedes tanto favorecen.

Yo mismo, hace muchos años fui parte de la Nueva Policía de otros gobernantes como usted. Tuve la suerte de no sucumbir a todos los horrores que me toco ver y en algunos casos vivir a través de treinta y un años de servicio. 

Apoyado por mi familia salí adelante y no cometí hechos que me avergonzaron, muy por el contrario, cumplí con lo que para mí era un deber. Traté y me preocupé por aprender y ser cada día mejor policía, y mejor ser humano. Por supuesto con las limitaciones lógicas por ser falible frente a una labor fundamental y excesivamente difícil como es la de ser Policía.

Cuando di todo lo que tenia para dar, por voluntad propia solicité el retiro tras -permítame repetirme- 31 años de servicio. Luego pasaron 22 años durante los cuales tuve la convicción de haber cumplido con la sociedad, de haber sido juntamente con otros muchos seres humanos parte de los buenos. Hasta que un día tomo conocimiento que esto no era así ya que una "justicia" prevaricadora -la de ustedes- consideraba que yo solo había sido un cruel victimario. Entonces me detuvieron, me abusaron y me maltrataron. Mis Derechos Humanos dejaron de existir como así también la igualdad ante la Ley. Allí no vi spot publicitario ni acción suya alguna. Usted estaba ausente. No existía. No le importó si yo era culpable o inocente. Solo era parte de la Vieja Policía. Con fecha Marzo 12 del año 2014 le escribí y su respuesta fue El Silencio. Reconozco, que otros muchos como usted (Políticos, legisladores, miembros de la Iglesia y el periodismo) También me dieron la misma vil respuesta.

Previamente, el día 8 de Febrero del corriente año  2015 subimos a Internet la página www.PrisioneroEnArgentina.com para que se tome conocimiento de lo que realmente está ocurriendo en Argentina. Desde ya, en ella no he sido indulgente con usted. No se lo merece. Luego de que encontrara y agregara un reportaje que le hiciera la revista Playboy en abril de 1990, donde se explaya sobre el accionar del terrorismo y las FFAA en el país. En esta oportunidad solo diré al respecto: Cómo cambió usted, no es verdad? Hoy compadezco a quienes entre estos jóvenes policías les toque morir o quedar lisiados por cumplir con su cometido de Servir y Proteger, ya que estarán solos mientras que a usted le habrá quedado el rédito político.

Lamentablemente también me compadezco al igual que el resto de los ciudadanos si es que llega a ser elegido Primer Mandatario de los Argentinos. Solo nos quedarán sus simulados besos y abrazos como lo vemos hoy en sus spots publicitarios.

Hoy compadezco a estos jóvenes policías porque cuando en el verano los pongan al cuidado de un objetivo durante doce horas continuadas, de pie, sin asistencia sanitaria alguna, estarán vistiendo un uniforme seguramente diseñado por burócratas y aprobado por usted. Inapropiado por lo abrigado, con borceguíes que con los años y el uso continuo les traerá secuelas físicas. Remata el descuido un chaleco flúor de uso en países de muy bajo índice de enfrentamientos armados pero que en el nuestro sirve para facilitarle el tiro (Blanco abatido) al delincuente cuando le dispara a un policía que lleva dicha vestimenta y que para colmo se rige con protocolos y legislaciones que no los favorecen.

Cuando esto ocurra por cumplir con su cometido de servir y proteger, estarán solos ante la muerte o a un impedimento físico, mientras que a usted le habrá quedado su bendito rédito político.

Atentamente,

 

Claudio A. Kussman

Comisario Mayor (R)

Policía de la Provincia de Buenos Aires

Prisionero Ilegal

 

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