Carta Abierta al Ministro de Justicia y Derechos Humanos
Dr. Germán Garavano
De mi mayor consideración:
Es lógico que en esta etapa gubernamental de cambio, donde Ud. representa los intereses que corresponden a los temas de Justicia y Derechos Humanos, tenga la información necesaria y veraz de lo que acontece a nivel ciudadano en tal sentido para así obrar en consecuencia.
Soy Comisario General (R) de la Policía Federal Argentina y actualmente estoy cumpliendo una condena de prisión perpetua (domiciliaria en razón de mi estado de salud, y edad (80 años) determinada por Peritos Forenses).
Mi situación procesal se inició en el año 2006, y tuvo origen en el Juzgado de Garantías de San Nicolás, impulsada por el fiscal de “justicia legítima” Juan Murray y colaterales de “derechos Humanos” a raíz de un enfrentamiento acaecido entre Fuerzas Legales, léase Ejército y Policía, y delincuentes terroristas en el transcurso del año 1976.
Debo hacer constar que para ese entonces (hace 40 años) yo era el Jefe de la Delegación de la PFA en San Nicolás y dependía: judicialmente del Juez Federal; Operacionalmente del Batallón de Ingenieros de Ejército e Institucionalmente de mis mandos superiores en Buenos Aires.
Siempre a la luz del día, de uniforme y con conocimiento del juez recibí orden de allanar una supuesta casa donde supuestamente se ocultaban los delincuentes. Bajo la vista de personal militar que orientaba la acción al tratar de allegarme a la casa fui recibido por una ráfaga de fusiles automáticos que provocaron la muerte de dos de los hombres de la Delegación que me acompañaban.
Pocas horas después vuelve a producirse una situación similar pues según me informa el 2do.jefe del Regimiento había sido localizada la casa operativa de la célula montonera donde habitaba su responsable.
Efectivamente, en las primeras luces del día 1 de noviembre y siempre acompañado de Fuerzas de Ejército, procedí a darme a conocer en la puerta del domicilio mencionado, donde fui recibido, a través de la puerta cerrada con sendos disparos.
A partir de allí me refugié detrás de una pared en una casa y ordené al poco personal de mi Fuerza que me acompañaba que tomara cubierta para evitar mas muertes. De inmediato se hizo presente en el lugar, con un mayor número de efectivos, el jefe de operaciones mayor Antonio Bossie, quién dio todas las órdenes pertinentes a las cuales quedé subordinado.
Luego de un tiroteo que duró cerca de 20 minutos y durante el cual no efectué disparos, personal de Ejército penetró en la casa de los sediciosos donde el panorama no dejó ser dramático. Una pareja se había suicidado con sendos disparos en la sien, dos niños de corta edad (6 años aproximadamente) aprisionados en un pequeño placar de un baño y contenidos por un colchón, murieron asfixiados pues su padres había quemado en el lugar gran cantidad de documentación, lo que produjo gases nocivos y mortales. Una persona del sexo femenino que salió por detrás de la casa munida de un fusil y disparando a las Fuerzas resultó abatida.
Como entré en la casa a continuación de gente de Ejército, me dirigí instintivamente a la última habitación donde halle dentro de un placar a un niño de unos 5 meses depositado en un moisés. De inmediato entregué la criatura a médicos ambulancieros que habían concurrido al lugar, quienes lo trasladaron al Hospital regional donde se comprobó que no había sido afectado por las acciones y gozaba de perfecta salud.
Dicha criatura, sumario judicial mediante, fue puesto a disposición del Juez de Menores quién le fijo la custodia y protección de un matrimonio de seriedad inapelable.
Expuesto brevemente el episodio, solo quiero hacerle saber que dentro de mi proceso fui encuadrado dentro de la figura de “Autor Mediato”, estatus imposible de sostener pues que como Ud. bien sabe el “Autor Mediato” es aquél que tiene el dominio de los hechos, el que da las órdenes. Y este no es mi caso.
Como prueba irrefutable quedó grabado durante el juicio, el momento de la declaración del mayor Bossie, donde se declara único responsable de las órdenes emitidas en el lugar, desligándome de todo compromiso.
No estoy buscando, indultos, amnistías ni resarcimientos. Solo que se revea lo actuado con ojos de verdadera justicia.
También mi esposa, con la cual estoy casado hace 57 años, mis cuatro hijos, mis siete nietos y mi biznieta, esperan contra toda esperanza. He nacido libre y he dedicado mi vida a ser auxiliar de la justicia, en razón de mi responsabilidad nunca ejecuté actos ilícitos, no torturé, no desaparecí personas, no robé bebes, pero jamás pensé que arbitraria y por medio de un juicio irrito iba a morir preso.
Lo saluda con toda consideración y respeto
Jorge Muñoz
Crio. Gral. PFA. (R)