Como cadete de la Escuela de Policía Juan Vucetich, estuve allí. Maravillado con los perros y sus carreras de alegría, en el suelo frío. Y por el equipamiento de los cadetes Carabineros de Chile. Por supuesto notaba la diferencia, nosotros mal equipados, pero con las ganas y los sentidos puestos en haber logrado tamaño movimiento en el año 1963.
De Como Kussman se transformó en una nueva víctima de las desleales maniobras del gobierno
Cuando a través de una nota periodística se enteró de la mención de su nombre como ligado a un hecho policial, Claudio Kussman se presentó ante la justicia proveyendo su nombre, domicilio y números telefónicos, poniendose a entera disposición para, en primera instancia, saber de que se trataba y aclarar este equívoco.
Su vida transcurría con normalidad, atendiendo a su familia, amigos, vecinos y animales. Cediendo su tiempo para visitar ex policías que vivían la desventura que mas tarde lo tendría como protagonista. En ningún momento, más aún con su conciencia tranquila, Kussman estuvo fuera de su espectro social. Se mantuvo activo con la creación de una peña donde se fortalecían amistades y se revivían amenos momentos.
Kussman también eligió participar con su trabajo y con parte
de su jubilación en la ayuda a ex camaradas detenidos. Muchos
de ellos con dificultades financieras, médicas y judiciales. Allí
Kussman invertía su tiempo y esfuerzo, adquiriendo heladeras,
pequeñas cocinas, etc.
Sus visitas a ex compañeros en Bahía Blanca y a aquellos alo-
jados en penales, no hacían más que comprobar su persona-
lidad y el hecho de que nunca se sospechó involucrado en las
acusaciones que ahora se le imputan. Nunca se escondió -ni lo
necesitaba. Nunca se hubiera fugado -y no lo hubiera necesita-
do.
Foto: Con policias retirados en Bahía Blanca. Rostros tapados para evitar represalias.